Escribo para unirme, como una fiel más de la Iglesia católica, al profundo dolor por la pérdida del Papa Francisco. Es una pérdida a nivel mundial, porque estuvo siempre al lado de los que sufren -aun no siendo cristianos-, muy especialmente durante la pandemia, en las guerras, en las cárceles, etc.
Entretots
Le recordaré siempre con esa sonrisa, simpatía, agradecimiento e incluso cuando pedía perdón por alguna reacción de genio; sus palabras positivas y de consuelo. Nos acercaba la figura de Jesucristo, al que nos invitaba a tratar como un amigo siempre presente en nuestras vidas.