Donald Trump será el presidente de EEUU y a mucha gente no le gusta. El hombre tiene defectos: es soberbio, grosero y visceral, pero también tiene virtudes: dice y hace lo que ha prometido hacer. Biden, por el contrario, habla de paz enviando armas, habla también de justicia pero indulta a criminales y dice defender la democracia tratando de torpedear las negociaciones que el futuro gobierno impulsará en Ucrania.
Entretots
La izquierda, o la zurda, como dice Milei, siempre enarbola esa superioridad moral, esa actitud en la que casi nos tenemos que disculpar, ya sea por no llamar "amado líder" a Sánchez, no ser bolivarianos y decir que los españoles fueron unos genocidas y las mil y una peroratas que una izquierda trasnochada nos trata imponer.
El mundo no es justo: hay equilibrios de poder y por ello las naciones pactan. El buenismo conduce a la hipocresía, llegando al extremo de valorar más las apariencias que el ser. Europa tiene dos amenazas y ninguna de ellas es Trump: una, saber su destino, es decir, tener clara una agenda, a dónde quiere llegar, para lo que tendrá que dotarse de una política exterior y de defensa común.
Y luego, la inmigración, un factor que va desestabilizar las sociedades en las que vivimos, y que por mucho que se venda, las sociedades multiculturales, o tienen un eje vertebrador o no funcionan. Trump solucionará los conflictos de Israel y Ucrania, y dejará claro a China que en Asia debe primar el libre comercio y la libertad.
Así pues, y pese a la guerra comercial y tiranteces con los aranceles, veamos más los pros que los contras en la elección de Trump.