Barcelona sigue siendo generosa con los ciudadanos acomodados. Lo último que se les ha ocurrido se llama Endolla Barcelona, que beneficia a los propietarios de coches, motos y vehículos de reparto eléctricos proporcionándoles recargas eléctricas gratuitas.

Los altos niveles de contaminación de la ciudad no bajarán por regalar electricidad a estos usuarios. Esto simplemente es seguir con la privatización de los recursos públicos. Las inversiones de movilidad deberían ser para mejorar el transporte público colectivo que ya debería ser gratuito para los barceloneses.

Basta con la privatización de los recursos públicos con la que benefician a una minoría en detrimento de la mayoría.