Mi hijo Marc, un chico alegre y extrovertido que sufre una incapacidad de alto grado y sus compañeros han recibido la noticia de que los expulsan del centro de día al que asisten. Dicho centro está situado en un local anexo a la Iglesia Mayor de Santa Coloma de Gramenet, que pertenece al Obispado de Barcelona.
Entretots
Allí realizan distintas actividades para el desarrollo de sus capacidades y pueden llevar una vida más normal como personas. Con la ayuda de sus monitores y el apoyo del párroco Miquel Àngel, los chicos acudían, desde hace cinco años, a este lugar de encuentro con alegría y dispuestos a sentirse integrados en esta sociedad, un reto cada vez más difícil.
El pasado 19 de marzo nos convocaron a una reunión para comunicarnos que los chicos tenían que dejar el centro, alegando que no cumple con los requisitos exigidos para realizar estas actividades y que se deberían hacer unas obras de adaptación. Se les propuso que la asociación se haría cargo de las obras pero la respuesta fue una rotunda negativa.
Desde mi humilde opinión, quiero dar las gracias al Obispado por su gran solidaridad con estos chicos y su gran corazón y, sobre todo, demostrarme una vez más que la Iglesia Católica esta muy alejada de los mas desfavorecidos. Señores, no se preocupen, encontraremos un lugar en el cual nuestros hijos sean bien recibidos y tratados con el cariño que se merecen.
Sepan también que jamás pondré una X en la casilla de Hacienda a favor de la Iglesia.