Hace unas semanas, en el canal 13-TV emitieron la trilogía de Sissí, películas protagonizadas, como se sabe, por la actriz Romy Schneider. La última de las películas, titulada El destino de Sissí, tiene un final inesperado: un viaje a Venecia, despedida en la plaza de San Marcos y la correspondiente suelta de palomas.

Me quedé anonanado al ver este final, sobre todo porque no se correspondía con el título de la cinta. Tuvo un final triste y lamentable. El 10 de septiembre de 1898, un anarquista llamado Luigi Lucheni le clavó un estilete en el corazón en Ginebra, junto al lago Leman.