Como ciudadano español de origen marroquí, y desde mi humilde opinión, siempre me ha sorprendido la gran diferencia que existe entre España y Marruecos. Son dos países que comparten historia, préstamos en sus respectivos idiomas e incluso dos fronteras terrestres. Sin embargo, y la razón por la que escribo esto es porque en internet veo que mucha gente cae en una trampa que lleva arrastrando a decenas de países al colapso y a la ruina desde que existe el ser humano.
Entretots
¿A qué hago referencia? Muy simple, al hecho de que mucha gente se ha estado centrando en la figura de Mohamed VI para supuestamente justificar su odio o crítica a cualquiera ayuda a la nación magrebí. Y no niego que el Rey alauita sea merecedor de críticas, pero realmente no entiendo a qué alternativa parecen aspirar algunos.
Señoras y señores, Marruecos no es España. Marruecos es un Estado del Norte de África, una región convulsa e inestable, muchas veces al borde del colapso. A veces hay que aprender a vivir con una persona (en este caso, país) incluso si este no es perfecto ni representa los ideales que tanto respetamos. La única nación árabe que llegó a una especie de democracia es Túnez y allí, por desgracia, ya hay un presidente acumulando dinero en sus bolsillos y rompiendo la separación de poderes.
Si queremos que el Norte de África sea estable, tenemos que entender que ahora mismo no hay alternativa a Mohamed VI. Hay gente que cree que un simple golpe de Estado o intervención militar podría echar a Mohamed VI del poder y pondría a alguien democrático y liberal en su posición. Pero no vivimos en un mundo de yupi, y un escenario como ese lo único que traería es más inmigración descontrolada, menos estabilidad y sobre todo más sufrimiento.