No saben cuánto me alegro de la victoria de España ante Suecia. Una victoria llena de amor propio, después del desastre ocasionado por la vergonzante actuación del señor Rubiales. Más aún, cuando las jugadoras han tenido que soportar presiones y críticas de determinados medios de comunicación y, seguramente, de una parte de la sociedad, aunque en este caso con la boca pequeña.
Entretots
He leído articulos en medios de extrema derecha llamándolas "chantajistas" y, por otra parte, incitándolas a apretar. Sí, la política también se mete ahí. Y en medio, ellas.
Es curioso que se supiera que en determinados estamentos deportivos campaba la podredumbre, pero nadie hacía nada. Y las campeonas han aprovechado su auge para intentar cambiar lo que estaba mal. Sus peticiones, empezando por el salario, son justas, como no. Pero, por qué no se plantearon los cambios antes?
A pesar del esplendor del fútbol femenino, no tienen la suficiente fuerza para abordar cambios estructurales. En cambio, si lo hubiera planteado la selección masculina, otro gallo cantaría. Pero estos están demasiado acomodados como para querer cambiar las cosas. Su actitud, con los comunicados y algunas declaraciones, ha sido tibia y si me permiten, con dosis de cobardía.
Lo que más mal me sabe es que al final se ponga en peligro no solo a las campeonas sino al fútbol femenino en general. Sería triste y lamentable.