Pronto se cumplirán dos años de una verdadera prueba de fuego para la sociedad catalana. Días en los que "esteladas" y "rojigualdas" competían en los balcones, mientras caceroladas y vítores del inmortal Manolo Escobar daban paso a gritos e insultos entre vecinos.
Entretots
Dos años de una intentona sin ningún reconocimiento internacional pero que nos fracturó quién sabe por cuántos años. ¿Y todo esto para qué? Para que medio Govern espere condena por su irresponsabilidad, y el otro medio siga huido por Europa.
Aparte de los insultos y bloqueos en las redes del odio, mal llamadas sociales, nada ha cambiado en nuestro día a día, y sin embargo el independentismo, lejos de cualquier atisbo de autocrítica, sigue soñando con una victoria mesiánica pero imposible ante un Estado de Derecho con todos sus mecanismos de defensa.
"Ho tornareu a fer?", pues con la misma estrategia, "tornareu a fracassar!".