He leído la noticia: "El Govern duplica las zonas protegidas del delta del Llobregat pero pospone el plan de gestión" y creo que la decisión no ha sido fruto de una súbita conversión eco-ambientalista de nuestros gobernantes y políticos sino de la inminente y grave sanción económica con que la UE hubiera castigado su gestión si la situación no hubiera mejorado.

Es lamentable que tenga que ser de esta manera pero, por lo menos y sobre el papel, hay más zonas protegidas que antes. Y no debemos olvidar, ni mucho menos, que también se ha de llegar necesariamente a un acuerdo con los agricultores del delta que garantice el deseable equilibrio entre este colectivo fundamental y el movimiento ecologista. Es vital y posible la coexistencia de ambos sectores. Solo así saldremos ganando todos los ciudadanos.