Se consumó el descenso del club de mis amores, de mi pasión, el RCD Espanyol de Barcelona. Ahora se buscan causas y culpables, pero solo una decisión ha supuesto el descenso: echar a uno de los mejores entrenadores españoles, es decir, echar a Diego Martínez.
Entretots
Soy de los que opinan estar dispuesto a que las riendas del club las lleven los pequeños accionistas, aunque empecemos la nueva andadura en Segunda, ya que es la única forma de seguir con nuestros valores, con el amor al color blanquiazul, y con la vuelta al 'espanyolismo' de corazón. ¡Siempre RCD Espanyol!