Es legítimo, podemos ser inmisericordes con el que no tuvo misericordia y despreciarlos: Monedero, Errejón, los empresarios murcianos pederastas, el mismísimo Trump, los curas lascivos, Ábalos, Paco Salazar…y, sin embargo, sabemos que ninguno de nosotros soportaría, sin ruborizarse, un análisis pormenorizado de su historial de consultas en internet.
Entretots
Es muy difícil saber cuál sería nuestra conducta afectivo sexual si nos empeñamos y alcanzamos un 'status' de poder suficiente en un partido político, una cátedra universitaria, una empresa, una iglesia…, y el bienestar de las personas que tenemos cerca dependiera de nosotros, qué les pediríamos a cambio. No hay nada que comprender, los controles deberían ser personales e íntimos, pero el grupo no puede renunciar nunca a su poder coercitivo previamente consensuado, las normas de control grupal forman parte de la tan manida 'libertad' o 'libertades'.