La noticia publicada en EL PERIÓDICO el pasado 7 de mayo, relacionada con la política de precios de la cafetería ubicada en la Barceloneta, merece una reflexión más allá de lo acontecido. En las últimas semanas, aunque se levantaran quejas sobre el incremento del precio, el establecimiento ha mantenido la práctica de cobrar el tiempo que se permanece en la terraza.

Muchos usuarios han decidido no volver, y otros defienden la idea antiocupa terrazas: "No vamos con cronómetro". "No puedes estar muchas horas sin consumir. Si no, los negocios no son rentables". Cuánta razón por ambas partes. Una medida a contrarreloj no tan nueva, pero bastante opcional. Hay que mirar, y si no interesa, lo mejor es aceptar y cambiar de sitio.