¿Qué más tiene que ocurrir para que la catástrofe sucedida hace unos días en la Comunidad Valenciana no vuelva a repetirse?
Entretots
Estamos de acuerdo en que la naturaleza es implacable. Sin embargo, sus fenómenos hoy pueden prevenirse, concretamente en el tema de las riadas. Es cuestión de voluntad política y de coto a la especulación inmobiliaria y no hacer oídos sordos a las sugerencias de técnicos ingenieros sobre la edificación en territorios hidrológicamente estudiados y con diagnósticos precisos para evitar desastres como el ocurrido y otros parecidos. En nuestro país, España, tenemos amargas experiencias sobre el tema, pero al parecer siempre nos cogen fuera de juego.
Hay conocimiento desde la meteorología para saber cómo y dónde se va a producir un acontecimiento de esta índole, de una gota fría o DANA. Solo es cuestión de avisar con tiempo y poner en marcha los mecanismos para paliar lo que se supone que va a suceder. Aun así, es difícil de conseguir un riesgo cero.
Es de admirar la entrega de las fuerzas de socorro que se ponen en marcha para ayudar a los damnificados en los primeros momentos e intentar salvar vidas, pero las secuelas, tanto de tipo emocional como económico, son muy duras.
Sin pretender ser pedante y según la AEMET, relaciono las riadas más importantes registradas y el número de muertos: año 1626, Salamanca, 142; año 1879, Murcia, 179; año 1907 Málaga, 21; año 1957, Valencia, 81; año 1962, Catalunya/Vallès Occidental, 800; año 1973, Almería y Granada, (?); año 1982, Valencia, Tous, 30; año 1996, Huesca/Biescas, 86; año 2002, Tenerife, 8; año 2016, Levante, 5; año 2024 Comunidad Valenciana, 158 (?).