En el último pleno municipal de Barcelona, la alcaldesa Ada Colau no superó la cuestión de confianza derivada de la aprobación presupuestaria. Muy normal, ya que la ciudad de Barcelona, en toda su historia, no ha tenido un alcalde, en este caso alcaldesa, que haya gestionado peor los recursos municipales que la representante actual.
Entretots
El problema de fondo no son los presupuestos, porque se acabarán aprobando, ya que ninguno de los grupos municipales presentará candidato alternativo a la alcaldía. El problema es la imagen que da Barcelona con su pésima gestión. Yo dejaría que Ada Colau acabara el mandato y que en las elecciones municipales del 2019 los barceloneses, con su voto, la coloquen a ella y a su partido donde se merecen estar: en la oposición.