"Maricón" es un término desaparecido en esta sociedad tan moderna y progresista. O una palabra utilizada diariamente por muchos de los estudiantes que cursan la ESO, y que se sigue utilizando para ridiculizar, avergonzar y acosar a personas que, en muchos casos, no han definido su sexualidad. Más bien la segunda.
Entretots
El informe publicado el pasado año, realizado por el Ministerio de Igualdad, concluye que en más del 50,9% de los centros donde se imparte la Educación Secundaria Obligatoria se han dado situaciones de 'bullying'. Según el mismo estudio, un 74% del alumnado se declara heterosexual, y del porcentaje restante, el 7% ha recibido insultos por su orientación sexual; un porcentaje que se eleva hasta el 17% entre el alumnado transexual y al 15% en personas gais, todos ellos casos estrechamente ligados con su orientación sexual.
Muchos centros ocultan estos casos, reforzando los roles del agresor, que no recibe consecuencias, y la indefensión de la víctima, que suele estar aislada. Según un informe de COGAM (Asociación de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales de Madrid), el 80% de los adolescentes que han sufrido este tipo de acoso no han recibido ayuda ni apoyo del centro educativo.
La homofobia en la ESO no solo afecta a quienes la sufren, sino también a su entorno, lo que impacta negativamente en su salud mental y rendimiento académico. Las víctimas pueden sentir miedo, ansiedad, depresión y aislamiento, lo que provoca bajo rendimiento, absentismo y, en algunos casos, abandono escolar.
Es fundamental que los centros tomen medidas para prevenir y combatir la homofobia. Esto implica formar al profesorado en diversidad sexual, aplicar políticas inclusivas y establecer protocolos de actuación ante el acoso. Además, es importante fomentar espacios seguros para el alumnado LGTBI+, donde compartir experiencias y sentirse apoyado. Solo así avanzaremos hacia una sociedad más justa, donde la diversidad sea respetada y valorada como riqueza cultural.