El 28 de mayo de 2024, España, Irlanda y Noruega se sumaron a los 143 miembros, de un total de 193 de Naciones Unidas, que ya reconocen el Estado palestino.

Es una decisión simbólica mientras no se cree el Estado palestino y así conseguir la solución de los dos estados, reivindicados por el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, como solución para resolver el conflicto entre Israel y Palestina.

Sin embargo, esa solución ya la contempló la ONU en el Plan de partición del 14 de mayo de 1948, pero nunca se llevó a cabo, ya que solo se creó el Estado de Israel, pero no el de Palestina. Y tengo dudas fundadas de que el Estado de Palestina nunca será una realidad, puesto que deberían cumplirse unas condiciones inexcusables con escasas probabilidades de que se lleven a cabo.

No basta con el reconocimiento del Estado de Palestina. Es indispensable que toda la comunidad internacional se ponga de acuerdo para hacer posible ese Estado, al mismo nivel que el de Israel.

Para conseguir que sea una realidad deberían darse estas condiciones, según mi opinión.

Por parte de Israel: la retirada de Cisjordania de todos los asentamientos de los colonos judíos; el abandono de la ocupación de Jerusalén Este, donde está previsto por la ONU que se establezca la capital de Palestina; permitir que vuelvan los palestinos que llevan más de 70 años como refugiados en Siria, Líbano y especialmente en Jordania; el levantamiento del bloqueo de Gaza; aceptar las resoluciones de la ONU y del Consejo de Seguridad, nunca aceptadas, además de reconocer la Corte Internacional de Justicia de la Haya.

Por parte de EEUU: retirar su apoyo incondicional a Israel, que ha permitido -con su derecho a veto- no aprobar las resoluciones del Consejo de Seguridad, especialmente la del alto el fuego en Gaza y dejar de aprovisionar con armas a Israel con las que está cometiendo un genocidio.