Si por haber nacido en el país, dejas de ser considerado legalmente emigrante, porque con eso basta para ser ciudadano con todos los derechos y deberes (todo derecho comporta unos deberes), es el caso de Donald Trump, de padre alemán emigrado a EEUU, que puede proclamarse americano y, por lo tanto, estar en contra de los emigrantes.

Pero si con eso no basta y se quiere expulsar a todos los que a pesar de haber nacido allí por ser hijos de emigrantes porque sus padres no han entrado legalmente, Estados Unidos se quedaría despoblado sobre todo de trabajadores agrícolas y de servicios de bajos salarios y nulo prestigio social, que son la base de toda economía productiva. Si se necesitara más de una generación para ser considerados ciudadanos estadounidenses, tendría que expulsarse a sí mismo.

Esto es aplicable a la mayoría de países, como España y la mayoría de la Unión Europea. Yo, por ejemplo, soy producto de la emigración de catalanes (Pujol), de africanos subsaharianos (posiblemente de Nigeria), asiáticos (procedencia desconocida) y de pieles rojas de Norteamérica (por supuesto, de procedencia más remota). Emigré en 1971 (fecha significativa, 12 de Octubre), estoy casado con una cubana, aquí, con dos hijos y dos nietos catalanes (Pujol Palau). ¿Soy emigrante?