El juez Peinado acudió a La Moncloa en un acto de vedetismo judicial y obtuvo una querella, argumentada por la otra élite del derecho patrio, la abogacía del Estado. Especialmente desafortunada, esta denuncia presidencial en su autodefensa, cuando ha perdido por esta misma vía del desprestigio justiciero, artero e infundado: un vicepresidente y varias/os ministras/os, ha hecho una contrarreforma laboral muy limitada, consentida por la patronal y muy aplaudida, incluso por Feijóo.

Ha modificado una ley soberana y progresista como era la del consentimiento sexual, y siguen en plena vigencia, la ley 'mordaza' y la prisión permanente revisable, ambas del PP. Estas tres últimas normas suponen un auténtico 'trágala' para cualquier ciudadano que quiera consolidar a la democracia progresista a la que deberíamos aspirar y que tan activamente combaten algunos jueces alentados por algunos medios de comunicación, repetidamente denunciados por el Presidente, pero sin mencionar cabeceras que están al servicio de intereses privados y contra el interés general, que debería defender un gobierno socialista, en coalición de izquierdas o sin ella. Lamentable lamento, ciudadano Pedro ¡Llegas tarde, compañero!