Te fuiste para siempre un 22 de febrero de 1939 en la localidad de Colliure (Francia), pero tus seguidores no te perdimos, sino que nos adentramos en tu poesía y llegaste a nosotros con luz propia. En 'Nuevas Canciones', en uno de los 'Proverbios y Cantares', decías: “Despertad, cantores: /acaben los ecos,/ empiecen las voces”. Y tu voz no dejó de sonar.
Entretots
En 'Todo pasa y todo queda' te oímos gritar “Caminante no hay camino,/ se hace camino al andar…” Tu voz poética canta y cuenta la vida más verdadera y las verdades más universales. En tu conciencia de poeta sincero, tus palabras adquieren claridad al ser expresadas y se convierten en palabras supremas, eso que el pueblo hemos necesitado escuchar alguna vez: la voz amarga y a la vez consoladora, a veces de honda melancolía que nos ha dado seguridad al darnos certidumbre.