La carretera de las costas del Garraf no puede ser una alternativa al peaje. Es una carretera peligrosa donde caen piedras, pasan ciclistas y hay accidentes de coches. Y pagar 170 euros mensuales para utilizar el peaje no es una opción cuando hace tiempo que se amortizó. Tampoco tiene sentido que los residentes que van cada día a Barcelona y que pagan impuestos tengan que pagar lo mismo que los transportistas puntuales. Ya es hora de no tener miedo de ir a trabajar porque una carretera supone un riesgo para tu bolsillo o para tu propia vida.
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