Es muy penoso que siempre nos acaben argumentando con la economía: "Se suspende el MWC", y no hablamos de lo prudente que resultó la decisión, sino de su repercusión en la economía.
Entretots
Aquí conviene destacar y agradecer al doctor Oriol Mitjà, el único profesional investigador y epidemiólogo que argumentó y defendió públicamente la suspensión del MWC.
Criticamos el control en aeropuertos y fronteras (que, por cierto, debería ser generalizado) y no valoramos el ejercicio de prudencia y valentía que supone, solo nos preocupamos de su repercusión en la economía.
Pero ¿de qué nos va a servir la economía si tenemos los hospitales saturados y los enfermos y sus familias que deberán cuidarlos encerrados en casa? Si la enfermedad se extiende como en China, la economía se parará tanto si lo queremos como si no. O sea, que mejor nos concentramos en controlar su expansión.
Y luego revisamos si el sistema económico del que nos hemos dotado nos sirve o no. Da muestras de demasiada fragilidad y acaba demostrándose más importante que nuestra salud. Deberíamos meditar sobre cómo debemos cambiarlo para que no sea así.
Si es que de verdad priorizamos nuestra salud y nuestra independencia de 'la globalidad' o preferimos que esto se repita. Porque evidentemente se repetirá. La naturaleza tiene sus propias reglas, y son inmutables.