Ganó Macron. Su imagen el día después de las elecciones en Francia estaba en todas las portadas de los periódicos. Alivio, ante la posibilidad del triunfo de la extrema derecha francesa.
Entretots
Yo, mujer de izquierdas, no sintonizo con las propuestas políticas del señor Macron, pero no había alternativa. Confío en que, además de liberal, sea sensible a la pobreza y la desesperación de muchos ciudadanos franceses.
En la portada de los periódicos aparecía el nuevo presidente de la República francesa saludando a sus seguidores con entusiasmo. Y, a su lado, besándole el dorso de la mano con la que están cogidos, su mujer: rubia, elegante, guapa (dicen que también inteligente) y 24 años mayor que él.
No es un detalle menor, es algo que sorprende gratamente en una sociedad como la nuestra, que rinde culto a la juventud y a la belleza. Una sociedad que esconde y disimula el paso de los años y sus consecuencias como una realidad incómoda e incluso insoportable de vivir.
Así que felicito al señor Macron por su triunfo de ayer en las urnas, pero sobre todo por saber ver un poco más allá de la edad. Por entrelazar su mano a la de su mujer con fuerza para que lo acompañe y comparta con él y con todos su llegada al Elíseo y, lo que es más importante, su vida.