En los barrios de montaña de Barcelona observamos con precaución el aumento de la procesionaria del pino en nuestros árboles y estamos preocupados por la falta de actuación de la Administración competente. Por un lado, se hace campaña instando a la ciudadanía a comunicar los puntos donde se encuentran para intervenir y, por otro, recibimos la respuesta de su estudio para el próximo año, por no disponer de medios.
Entretots
Medios que al año siguiente tampoco llegan y el resultado es un aumento exponencial de la plaga, la pérdida, a ojos vista, de la imprescindible masa forestal de la ciudad. No se entiende que el año que comienza una campaña de replantación, después de tres de sequía, no hagan todo lo posible para la conservación de los árboles existentes.
Recomiendan, eso sí, evitar entrar en contacto. Algo imposible cuando ya tienes la plaga en casa.