Ver cómo mi ciudad o lo poco que queda de ella se va transformando en el juego de la Oca me entristece y mucho. ¿Qué está pasando en esta ciudad? Ya no es mi Barcelona, la Barcelona donde todo era fácil, donde podías pasear tranquila, donde coger el coche o el transporte público para desplazarte era sencillo, donde no te multaban constantemente por aparcar, donde poder pasear con tu perro por el parque era fácil. Ahora todo es caro y complicado o está prohibido.
Los tiempos cambian y nos vamos modernizando con el tiempo, pero no por ello hay que cambiar el entorno sino más bien adaptarse a la evolución. Siempre he dicho que Barcelona es para mí la ciudad perfecta. Tienes mar y tienes montaña, el Mediterráneo, la mejor comida del mundo, el clima, y además es bonita, muy bonita.
Pero, señora Colau, lo está destrozando todo. No teníamos suficiente con las zonas azul y verde, que luego se empezaron a habilitar carriles bici por toda la ciudad y ahora estos espacios pintados en los laterales y esquinas de las calles que ni sirven de nada y además son peligrosísimos.
Está retirando todos los automóviles con emisiones nocivas para el medio ambiente, pero luego reduce calles de tres carriles a uno, consiguiendo así todo el efecto contrario. Con menos espacio para conducir, más tráfico y por tanto más contaminación.
¿Qué harán todas aquellas personas que han tenido que deshacerse de su coche o moto? El transporte público es carísimo, y si tienes vehículo has de estar atento a las bicis, patinetes, vehículos eléctricos y, por si fuera poco, ahora se ha dedicado a poner dibujos y pilones por doquier. ¿Que tenemos que tirar los dados para poder avanzar de casilla? Devuélvame mi ciudad, mi Barcelona, esto no es el juego de la Oca.