Una imagen insólita. La instantánea tomada por el alpinista nepalí Nirmal Purja en las escarpadas y desafiantes pendientes del Everest dio la vuelta al mundo mostrando un descomunal colapso para coronar la cumbre. Intrépidos turistas adinerados, y no propiamente montañistas avezados, destinan miles de euros para alcanzar un anhelo, captar la cenital imagen para difundirla en el escaparate exhibicionista de las redes sociales, sin reparar en poner en riesgo su propia vida.
Entretots
Ambición y temeridad se aúnan. Una muesca de soberbia dando rienda suelta a retos de sesgo narcisista que osan despreciar a la naturaleza con dosis de pulsión suicida, convirtiendo el alpinismo más exigente, el cual requiere experiencia, preparación y capacitación, en gregarismo elitista riesgoso, merced a un suculento negocio, posibilitado por el uso de oxígeno artificial y una logística complaciente.