Con premeditación y alevosía el Gobierno israelí, en pleno Ramadán, ha dinamitado el alto el fuego en Gaza, causando la muerte de más de 400 gazatíes. Para Netanyahu, los rehenes son mera excusa para su guerra, que amenaza con que "Israel va a actuar contra Hamás con cada vez más fuerza militar". Acaso los casi 50.000 palestinos asesinados en la Franja le parezcan una menudencia.

Por otro lado, el ministro de Defensa israelí ha prometido que "las puertas del infierno se abrirán en Gaza"; pareciera que hasta ahora la población de Gaza haya vivido en el paraíso, bajo el más atroz ataque militar en el mundo en las últimas décadas. El ejército israelí lo único que pretende es hacer tabla rasa de Gaza.