Era el año 2003, las piscinas Picornell estaban abarrotadas de seguidores que izaban la bandera de España para corear a una catalana que sobresalía del agua con la elegancia de Esther Williams y la gracia personal que la caracterizaba. Gemma Mengual ascendía entre aplausos a aquel podio Mundial, profetizando los éxitos futuros de un deporte minoritario que se gestaba en una pequeña parte de clubs a lo largo del territorio.
Entretots
Por aquel entonces, la natación artística era sincronizada y solo las mujeres estábamos destinadas a poder acceder a competir bajo unos mínimos criterios de selección y así como en el fútbol las mujeres luchaban persiguiendo el sueño de ser valoradas, en sincronizada los hombres aspiraban a conseguir lo mismo que sus homólogas del balonmpié.
Sin embargo, en ese camino de progreso social abanderado por las carreras deportivas, fue la homofobia el recurso más utilizado por aquellos/as que no comprenden el paso del tiempo y sus efectos en la vida, y es en la crítica destructiva de la sexualidad o del racismo el lugar donde aparcar y promover su visión limitada del mundo.
Ahora nos encontramos a pocas semanas de empezar en París la conquista de las medallas para nuestro país, y haríamos bien en recordarnos los valores que promueven los aros olímpicos: la amistad, el respeto, la excelencia, la inspiración, el coraje, la determinación y la igualdad.
Dennis González encarna esos valores en natación artística donde ha hecho historia por sus oros europeos y por elevar su disciplina al concepto de arte además de si fomentar esos valores olímpicos que ayudan a edificar a una sociedad contemporánea llena de matices. Dennis aspira a ganar en París el primer lugar del podio y a liderar el respeto que nunca debió faltar. Suerte a todas.