Las apuestas deportivas y los casos de amaños de partidos de fútbol están tan directamente relacionados como un delantero centro con el gol. Si bien se trata de un viejo problema a nivel global, en la actualidad los escándalos están golpeando al mundo del deporte en nuestro país con intensidad máxima. En particular, al fútbol profesional.
Entretots
Resulta deplorable que jugadores y exjugadores profesionales de máximo nivel encabecen una red criminal de apuestas ilegales, compra de partidos y extorsión. Y estos angelitos tienen nombre y apellidos conocidos: los capos Raúl Bravo y Carlos Aranda (ya retirados del fútbol), Borja Fernández (capitán del Valladolid), Íñigo López (del Deportivo de la Coruña), entre otros. Todos ellos fueron detenidos hace unos días y puestos en libertad bajo fianza. Se les acusa del amaño del último partido de primera división de la temporada anterior entre el Valladolid, ya salvado, y el Valencia, en el que este consiguió la clasificación para la Champions en detrimento del Getafe gracias al resultado que se produjo y pactado previamente. Amén de la compra de otros partidos en proceso de investigación y la comisión de diversos delitos.
Me parece absolutamente incomprensible que la justicia y las autoridades deportivas no hayan actuado con anterioridad para atajar estas prácticas mafiosas dados los antecedentes e indicios de tantos casos que han ido apareciendo en los últimos tiempos, tanto en Europa como en España.
La Real Federación Española de Fútbol y La Liga han de poner orden en nuestro fútbol, y no ya solo sobre hechos consumados, sino estableciendo las bases y medidas necesarias para prevenir estas vergonzosas actuaciones que ponen en jaque la limpieza en el deporte rey, pues al final, como siempre, los mayores perjudicados somos los aficionados.