El pasado sábado, sobre las 15.30 horas, cojo el metro con mi mujer en La Sagrera. Los dos tenemos la tarjeta rosa gratuita, ella marca y la puerta no se abre, no hay nadie del personal del metro; pico yo con mi billete, dejo que pase ella y yo detrás.
Entretots
Aparece un empleado de seguridad, le explico lo que ha pasado y su actitud de autoridad es prepotente y autoritaria. Se le une el guardia de Renfe para intimidarnos todavía más, nos dice que estamos estafando. Llaman al jefe de estación que, con toda la amabilidad, nos soluciona el mal rato que nos hicieron pasar. Muchas gracias para él y decirles a los dos vigilantes que con su actitud no se arreglan los problemas.