Creo que es bueno -hasta cierto punto , evidentemente- aburrirse sin llegar a sentirse culpable por ello. Es en este silencio, aunque a veces incomodo, cuando la mente reposa y la creatividad se enciende. De hecho, no siempre es necesario estar activo o entretenido, pues el aburrimiento ofrece un buen espacio, tanto para el autoconocimiento como para la reflexion mas profunda.

Y es, precisamente, al abrazar esos momentos en que regalas a tu mente la siempre necesaria calma para renovarse y crecer.