A primera hora de la tarde de martes día 27 de febrero, escuché en directo al exministro Ábalos, ya saben, el que colocó en diversos cargos de responsabilidad de su ministerio a un personaje impresentable y, naturalmente, le salió rana, simplemente porque es un mangante.
Entretots
El discurso de Ábalos me hizo ver dos cosas: cuando encumbró al ‘mangante’ a puestos de poder cometió el error de su vida y, en segundo lugar, percibí con mucha claridad que Ábalos es una persona inteligente y honesta. Si hubiera cometido algún delito inconfesable hubiera hecho caso a su partido, o sea, en vez de hacer el discurso que yo escuché hubiera entregado el acta de diputado.
En el mundo no existe ni jamás existirá un mangante que pueda hablar con la entereza y serenidad con la que lo hizo Ábalos. La precipitación de muchos líderes del PSOE haciendo sugerencias a Ábalos de como tenía que actuar no lo han ayudado.